sábado, 31 de enero de 2009

>>Andrés Manuel López Obrador,25 de enero,2009






Discurso del presidente legítimo de México, Andrés
Manuel López Obrador, durante la asamblea del
Movimiento Nacional por la Defensa
del Petróleo, la Economía Popular y la
Soberanía Nacional, en el Zócalo de la Ciudad
de México, el domingo 25 de enero,2009.



Amigas y amigos:


Gracias a ustedes, a sus profundas convicciones y a
su perseverancia, nos congregamos de nuevo en
el Zócalo para dar continuidad
a nuestro movimiento.


No podríamos dejar de mencionar el esfuerzo que
hacen muchos de ustedes para estar presentes en esta
asamblea nacional. Hay quienes vienen de muy lejos,
que salieron de sus casas desde ayer
por la mañana. Y todos, mujeres y hombres,
jóvenes y ancianos respetables, familias completas,
acuden a nuestro llamado
por su propia voluntad. Gracias, muchas
gracias de todo corazón.


Mi reconocimiento también a los dirigentes del Frente Amplio
Progresista. A todas y a todos los brigadistas, a los
miembros de las organizaciones sociales y ciudadanas.
En particular, a Alberto Anaya, a Luis Maldonado
y a Alejandro Encinas.


Llevamos más de dos años resistiendo y avanzando en
nuestro propósito de transformar la vida pública
de México y poco a poco
se ha ido reafirmando la importancia de nuestra lucha.


Actualmente, los que nunca dejaron de creer en nuestro
proyecto, están más convencidos y los que dudaban,
han empezado a despertar, a reflexionar con más
disposición de entender lo que
realmente está sucediendo.


Independientemente de nuestra entereza y trabajo
cotidiano, mucho ha contribuido en la toma de
conciencia de los ciudadanos, la triste
realidad que estamos enfrentando la inmensa
mayoría de los mexicanos.


Hoy, se padece por el desempleo, la carestía, la pobreza,
la inseguridad y la violencia pero, sobre todo, existe
incertidumbre y empieza a manifestarse la angustia y
la frustración. Y todo ello en un ambiente de
insensibilidad, de indolencia, incapacidad
y cinismo de las autoridades.

Por eso, nuestro movimiento tiene que mantener viva
la llama de la esperanza. El mensaje debe
de ser claro y preciso.


Decir a los cuatro vientos que sí podemos, con la
participación de todos, encontrar salidas; que sí podemos,
con soluciones colectivas, remontar este periodo
decadente; que sí podemos devolver la
confianza y la felicidad que merece nuestro pueblo;
que sí podemos salvar a México.


Nuestro optimismo, no es recurso retórico, ni buenos
deseos, se sustenta en la enorme fortaleza cultural
de nuestro pueblo, en
su vocación de trabajo y en su inmensa bondad. También,
nuestro optimismo se basa en el gran potencial de los
recursos naturales del país. A pesar de que México ha sido
saqueado por siglos, todavía tenemos oro, plata,
cobre, petróleo, gas, agua en abundancia,
buenas tierras para la producción agropecuaria,
bosques, selvas, litorales, y nuestro territorio es
uno de los más bellos del mundo.


Además, podemos salir adelante porque tenemos un buen
diagnóstico de los males que aquejan a la nación y
le impiden su prosperidad.
Sabemos que la crisis de México se origina por dos grandes
problemas: la corrupción y la desigualdad, que
al final de cuentas se
resumen en uno solo: el mal gobierno.



También sabemos que los responsables de la tragedia
nacional, son quienes se han apoderado del gobierno y
de las instituciones, y han
convertido al Estado en un comité al servicio de una minoría,
sin importarles el destino del país y mucho menos
el sufrimiento de la mayoría de nuestro pueblo.


En nuestro país existe una república aparente, simulada,
falsa; hay poderes constitucionales, pero en los hechos un
grupo ha confiscado todos los poderes. Esta especie
de dictadura encubierta, no sólo
ha nulificado la vida democrática, sino que ha
causado una profunda desigualdad económica y social.
Hay pocos que tienen mucho y muchos que tienen poco.


Es paradójico y, a todas luces, inmoral, que un puñado de
barones del dinero y de la política se hayan
enriquecido, como nunca, de manera impune y descarada,
mientras el país se ha hundido en uno
de los periodos más largos de estancamiento
económico en toda su historia y el pueblo ha sido
condenado a la sobrevivencia.


Esta gran injusticia se ha llevado a cabo al amparo del poder
público y mediante el despojo de bienes de la nación y
del pueblo, con la protección de monopolios, con la
utilización facciosa del presupuesto y con la corrupción en
contratos de obras y servicios.A la par de este gran
pillaje, han venido imponiendo una política
económica, que lo único que ha ocasionado es la tremenda
crisis de bienestar y de seguridad, que hoy agobia
a la mayoría de los mexicanos y que amenaza con generar
más inestabilidad política y social.


La crisis actual, no olvidemos, se precipita luego de
26 años sin crecimiento económico. En este tiempo, México
ha sido uno de los países que menos ha
progresado en el mundo.


Este periodo se ha caracterizado por el abandono al campo
y el manejo irresponsable de nuestros recursos energéticos.


Desde 1983, se dejó sin apoyo a los productores del sector
agropecuario y se optó por comprar los alimentos en el
extranjero. Y ahora como resultado hay tierras ociosas,
potreros abandonados, se ha despoblado
el medio rural y millones de campesinos se han
visto obligados a emigrar.


En cuanto al sector energético, todo se ha centrado en la
sobreexplotación de los yacimientos petroleros para exportar
materia prima y comprar afuera gasolinas, diesel y productos
petroquímicos, todo ello porque se descuidó deliberadamente
la industria petrolera para privatizarla.


Tanto por la importación de alimentos como por la compra de
productos derivados del petróleo, el año pasado se tuvieron
que destinar 75 mil millones de dólares, lo que ha llevado
a incrementar cada vez más el déficit comercial. En
otras palabras, se ha dejado pasar la oportunidad de
aprovechar el potencial del
campo y del sector energético, que podrían estar siendo los
pilares del desarrollo del país y las fuentes principales
de crecimiento, empleo y bienestar de la población.


En contraste con la desatención a las actividades productivas,
se ha registrado un crecimiento desmesurado del aparato
burocrático y se ha creado una clase parasitaria de
altos funcionarios públicos y
políticos que gozan de privilegios como no sucede en
otras partes del mundo. Durante los dos gobiernos panistas,
el gasto corriente aumentó en 72 por ciento y en los
dos años del actual gobierno usurpador, ha crecido en 400
mil millones de pesos.


A pesar de la crisis que está golpeando a la mayoría de los
mexicanos, los altos funcionarios públicos están ganando hasta
600 mil pesos mensuales, tienen atención médica privada,
fondo de ahorro especial y gozan de muchos otros privilegios.


Ahora bien, si no ha habido crecimiento económico,
si existe una profunda desigualdad social y se padece de
una dictadura encubierta, cómo es, entonces, que no
ha habido un estallido social. La respuesta
tiene que ver con la nobleza y la vocación pacifista de
nuestro pueblo, y con el papel de válvulas de escape
que han jugado la economía informal y
el fenómeno migratorio.


Esto último ha sido determinante. Imaginemos qué hubiese
pasado si no salieran del país alrededor de 600 mil
mexicanos cada año, a buscarse la vida
del otro lado de la frontera.


Aún cuando no se ha desbordado el descontento, la
manifestación más inequívoca del fracaso de la actual
política económica, es el crecimiento tan preocupante
de la inseguridad y de la violencia.


El flagelo de la delincuencia es producto de la falta
de crecimiento económico, de oportunidades de empleo
y de bienestar y, como es obvio, este problema no se va a
resolver con policías y soldados, con cárceles, amenazas
de mano dura y penas más largas, sino
a partir de un cambio profundo en todos los ordenes
de la vida pública de México.


Sin embargo, este cambio no vendrá de la actual
clase gobernante que sigue empecinada en el lucro, en
el discurso de la mentira y en el desdén, pensando
que con el control de los medios de
comunicación se va a seguir imponiendo.


Por eso todo apunta a que la situación va a empeorar. La
crisis de Estados Unidos nos va a afectar más de la
cuenta por la debilidad de
nuestra economía. En pocos meses el peso se devaluó
en 40 por ciento; este año el crecimiento estará
por debajo de cero; ya hay despidos masivos
de trabajadores y el desempleo
crece de manera alarmante.


Y ante esta difícil circunstancia, el gobierno usurpador
no tiene ni voluntad, ni capacidad para enfrentar
este desafío. Calderón, está atrapado en la red
de complicidades y componendas que se
tejió desde el fraude electoral. Además, es muy inepto.


Primero habló de que no nos preocupáramos, que si
en Estados Unidos les daba pulmonía, a nosotros nada más
nos iba a dar gripe, y ahora
que los efectos de la crisis son innegables y obligado
en mucho por nuestro movimiento, sale a decir
que pondrá en marcha un plan anticrisis, claramente
insuficiente, de medidas que son un refrito de
propuestas anteriores que nunca ha cumplido.


No fue ni siquiera capaz de anunciar que reduciría
el gasto burocrático, que bajaría los precios de la gasolina
y del diesel, o que quitaría el Impuesto Empresarial de
Tasa Única (IETU). Algo que mostrara un poco de
voluntad del gobierno por compartir
el sacrificio con la sociedad.


Por eso, tenemos que seguir presionando al gobierno
usurpador para obligarlo a utilizar todos los instrumentos
del Estado y proteger al pueblo. Tengamos presente
que si no se hace nada, no sólo habrá más pobreza, sino
también más inseguridad y violencia.


En el terreno de la acción, nuestro movimiento debe
seguir exigiendo el cambio en la política económica. Debemos
insistir, una y otra vez, hasta lograr que se apoye a los
productores del campo y se alcance
la autosuficiencia alimentaria; que se utilice al sector
energético como palanca de desarrollo nacional, mediante la
construcción de refinerías e impulso a la industria
petroquímica para producir gasolinas, diesel, fertilizantes
y otros insumos, que se ofrezcan a precios bajos a
los consumidores y a las empresas, y permitan
generar empleos e impulsar la industrialización del país.


El objetivo es crecer, generar empleos, producir aquí lo que
consumimos, apoyar a productores, a pequeños y a
medianos empresarios y proteger el mercado interno.


Debemos seguir demandando que baje el gasto corriente
y se supriman todas las partidas destinadas a mantener los
privilegios de los altos funcionarios públicos. Le cuesta
mucho al pueblo mantener al gobierno. No puede
haber gobierno rico con pueblo pobre. Es indispensable
la aplicación de un plan de austeridad para ahorrar
y destinar fondos al desarrollo.


De manera concreta, como aquí se ha anunciado, tenemos
que aplicar acciones de resistencia civil pacífica para
lograr que baje el precio de las gasolinas, el diesel,
el gas y la electricidad.


Tenemos que luchar para que se elimine el IETU y
se protejan los fondos de pensiones de los trabajadores
que han perdido más de 50 mil millones
de pesos en los últimos meses.


También, tenemos que actuar para que se garantice,
cuando menos, el derecho a la salud y a la alimentación
del pueblo. En este sentido, reconocemos la decisión del
Jefe de Gobierno, de establecer 300 comedores
populares para que no haya hambre en la Ciudad de
México. También fue importante el que se resolviera
ampliar el programa de atención médica y medicamentos
gratuitos a todos los habitantes del Distrito Federal.
Este modelo de atención mínima
a dos derechos humanos fundamentales, lo tenemos
que reproducir en todos los gobiernos estatales y municipales
surgidos del movimiento de izquierda nacional. Y este
ejemplo extenderlo a todo el país, como ha
sucedido con la pensión alimentaria para los adultos mayores.


Del mismo modo, tenemos que promover la instalación
de las casas del movimiento en defensa de la economía popular.
Se trata de que haya oficinas donde la gente pueda acudir
y ser atendida ante cobros indebidos en recibos de
luz, predial, agua, tarjetas de crédito,
hipotecas o cualquier otro abuso de autoridad o de
prestadores de servicios. En estas casas del movimiento,
no sólo se brindará información y asesoría, sino que se
auspiciará la organización y habrá
movilizaciones en la búsqueda de soluciones colectiva.


Por cierto, hemos recibido quejas de muchos ciudadanos que son
hostigados por teléfono, a horas inapropiadas, para exigirles el
pago de supuestas deudas a bancos y a empresas comerciales.
También actuaremos al respecto.


Para llevar a la práctica todo este plan en defensa de la
economía popular, debemos trabajar todos juntos para cumplir
la estrategia que aquí ha sido propuesta por la
Coordinadora Nacional del Movimiento.


Les propongo que repasemos el calendario de acciones
hasta el 22 de marzo:


1. La semana del 26 al 30 de enero se llevará a cabo una
campaña de difusión para la defensa de la economía popular.
Para ello se hicieron 28 mil videos y 200 mil historietas,
cuyos contenidos fueron
elaborados por los integrantes de la Comisión de Difusión. Al
respecto les pedimos que estos materiales se reproduzcan
y se difundan casa por casa.
2. El martes 3 de febrero, a las 5 de la tarde, llevaremos a
cabo un mitin en las oficinas de la Secretaría de Hacienda
ubicadas en la avenida Hidalgo, frente a la Alameda
Central, para exigir un cambio de rumbo en la política
económica y demandar que bajen
los precios de la gasolina, el diesel, la luz, el gas, que se
derogue el IETU y se protejan los fondos de pensiones
de los trabajadores.
3. El miércoles 17 de febrero, a las 5 de la tarde, se realizarán
asambleas del movimiento frente a las oficinas de Luz y
Fuerza del Centro y de la Comisión Federal de Electricidad,
tanto en el Distrito Federal como en todos los estados
del país, para protestar por los cobros excesivos
en los recibos de luz.
4. En el transcurso del mes de febrero se abrirán las Casas
del Movimiento en los 31 estados y en las 16
delegaciones del Distrito Federal.
5. El martes 3 de marzo, a las 5 de la tarde, se llevará a
cabo un mitin frente a las oficinas de la Asociación Mexicana
de Bancos, ubicadas en 16 de septiembre No. 27, para
protestar por las altas tasas de interés en las tarjetas de crédito,
cobros indebidos y analizar la situación de la cartera vencida.
6. El miércoles 18 de marzo, a las 5 de la tarde, se celebrará una
reunión de evaluación sobre la defensa del petróleo, en el
Monumento al general Lázaro Cárdenas del Río, ubicado
en el Eje Central. Debo informar a ustedes que las comisiones
que se crearon con este propósito, han seguido trabajando,
vigilando, denunciando la corrupción en Pemex e
interponiendo recursos legales.
7. El domingo 22 de marzo, a las 10 de la mañana, se llevará
a cabo, en el Hemiciclo a Juárez, la asamblea
nacional de evaluación de las acciones en defensa
de la economía popular.



Amigas y amigos:


Defender la libertad humana y practicar en todo momento
la verdadera solidaridad, debe ser siempre el distintivo
de nuestro movimiento.


En consecuencia, desde esta plaza pública, expresamos
nuestro apoyo a los familiares de los 65 mineros que
perdieron la vida en Pasta de Conchos, Coahuila. El día
19 de febrero se cumplirán tres años de
esa tragedia, sin que se haya hecho justicia.


Expresamos, también, nuestro respaldo a los mineros
de Cananea, Sonora, que están en huelga desde hace
dieciocho meses, resistiendo con sus familias, como en
el porfiriato, el acoso, la represión y
la confabulación entre autoridades federales,
estatales y el dueño de la acaudalada compañía
denominada Grupo México.


Hace poco los visitamos y nos comprometimos a apoyarlos con
brigadas médicas y despensas. Ya lo empezamos a hacer con
la cooperación de profesionistas y ciudadanos de
nuestro movimiento. No los dejemos solos.


Volvemos a expresar nuestra solidaridad a quienes
luchan contra la minera canadiense San Xavier, que está
destruyendo el cerro de San Pedro en San Luis Potosí,
símbolo de ese estado.


Desde aquí refrendamos nuestro apoyo al pueblo de Zimapán,
Hidalgo, que se opone a que una empresa española
instale un basurero de residuos tóxicos en ese municipio.
Y como represalia no sólo fueron
agredidos por la policía, sino que hace poco el
supuesto Tribunal Electoral Federal, que realmente
actúa bajo las órdenes de la mafia política del país,
resolvió anular las elecciones municipales,
desconociendo al presidente municipal electo, José María
Lozano Moreno, con la argucia de que un sacerdote
había hecho campaña a su favor, cuando en realidad lo
que está en el fondo es la obtención de los
permisos municipales para la operación de dicho basurero.


Algo parecido llevó a cabo el Tribunal Electoral Federal,
al quitarle el triunfo al presidente municipal electo
de San Marcos, Guerrero y
entregárselo al candidato del PRI, porque está de por medio
el interés de políticos y empresarios para apropiarse
de terrenos con potencial turístico.


Exigimos la libertad de los maestros: Héctor Manuel
Lara Moreno, Carlos Antonio Castro García y Álvaro K.
Escamilla de Mexicali, Baja
California, quienes por encabezar un movimiento
en contra de Elba Esther Gordillo, fueron encarcelados
con la complicidad del gobernador panista
José Guadalupe Osuna Millán.


Nuestra solidaridad a todos los maestros que luchan por la
democratización sindical, se oponen a las reformas a la
Ley del ISSSTE y a la llamada Alianza Educativa.


Exigimos la libertad de los presos políticos de Atenco y de
todos los luchadores sociales que son hostigados o se
encuentran privados de su libertad por la defensa de causas
populares y del medio ambiente.


Vaya nuestra solidaridad a los periodistas Miguel
Badillo y Ana Lilia Pérez, de las revistas Contralínea y
Fortuna, quienes son víctimas de
la persecución por sus denuncias a
empresarios vinculados con Felipe Calderón.


Nuestra solidaridad con los trabajadores y técnicos
de Pemex, que fueron despedidos por organizarse
y defender sus derechos.


Nuestro reconocimiento a campesinos y pescadores
que exigen con justicia que baje el precio del diesel, que les
afecta gravemente en su de por sí menguada economía.


Expresamos nuestra protesta por los daños que
ya se han ocasionado a la zona arqueológica de Teotihuacán,
en aras de intereses políticos mediáticos y mercantiles.
Exigimos la cancelación del llamado proyecto “Resplandor
Teotihuacán”, impulsado por los
gobiernos federal y del estado de México.


Amigas
y amigos:


Como es lógico, los cambios que se necesitan para
renovar a México, no sólo tienen que ver con lo económico,
atañen también a lo político,
a lo social y a lo moral.


Lo deseable es que se haga todo al mismo tiempo. Por eso,
hablamos de una transformación de la vida pública,
que implica una nueva economía en comunión
con la naturaleza, orientada a la producción
y al trabajo; una verdadera reforma política que haga posible
el funcionamiento de las instituciones con
pleno apego a la legalidad y al interés general; y
una convivencia social más humana,
más justa y más igualitaria.


Y todo ello debe ir acompañado del fortalecimiento de
nuestros valores individuales y colectivos.


Nada se logrará si continúa avanzando la falsa creencia
de que sólo vale el que tiene y de que se puede
triunfar (entre comillas) sin escrúpulos
morales de ninguna índole.


Por eso, es indispensable crear una nueva corriente de
pensamiento que se sustente en la cultura, en la nobleza
y en la generosidad de nuestro pueblo, y que introduzca y
refuerce en la sociedad elementos como la tolerancia
y el respeto a la diversidad. En pocas palabras, tenemos
que enaltecer la honestidad y la congruencia
en el quehacer público.



De modo que es no es poca cosa lo que nos hemos propuesto.
A muchos les podrá parecer una utopía,
pero nada que verdaderamente valga la pena, se puede
realizar en la vida sin ideales.


Cuando pensemos que no se puede, recordemos que Hidalgo
enseñó que “el pueblo que quiere ser libre lo será, que el
poder de los reyes es demasiado débil cuando gobiernan
contra la voluntad de los pueblos”.


Y cuando no tengamos lo suficientemente claro los motivos
de nuestra lucha, no olvidemos las palabras de Morelos,
cuando les dijo a sus allegados: “Quiero que hagamos
la declaración de que no hay otra nobleza que la de la virtud,
el saber, el patriotismo y la caridad;
que todos somos iguales, pues del mismo origen procedemos;
que no haya privilegios ni abolengos. Que todo el que
se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, lo
ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario.


Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que
dicte nuestro Congreso deben de ser tales a que obliguen a
constancia y patriotismo, moderen la opulencia
y la indigencia, y de tal suerte se aumente
el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la
ignorancia, la rapiña y el hurto. Que se eduque a los hijos del
labrador y del barretero, como a los del
más rico hacendado y dueño de minas”.


Y cuando necesitemos fortalecer nuestras convicciones,
emulemos a Juárez cuando decía “que el enemigo nos venza
o nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no
debemos legalizar un atentado entregándole voluntariamente
lo que nos exige por la fuerza”.


Y cuando nos falte idealismo, pensemos en ese extraordinario
luchador social, Ricardo Flores Magón, que decía:
“Cuando muera, mis amigos
quizá escriban en mi tumba: ‘aquí yace un soñador’, y
mis enemigos: ‘aquí yace un loco’. Pero no habrá nadie
que se atreva a estampar esta inscripción: ‘aquí yace un
cobarde y un traidor a sus ideas’”.


Amigas y amigos:


No perdamos la oportunidad histórica de que las nuevas
generaciones nos recuerden con todos nuestros errores y
defectos, pero que recuerden también que
nuestras vidas siempre estuvieron inscritas en ideales nobles,
inspiradas en el bien de nuestros semejantes. La vida
es demasiado corta para que la ensuciemos
dejándonos dominar por lo superfluo,
por lo que no tiene valor.


Sigamos adelante. El camino está lleno de obstáculos,
pero no hay nada más humano que ejercer la
libertad en pos de causas justas.


¡Triunfaremos!


¡Viva el Movimiento en defensa de la economía popular,
del petróleo y de la soberanía!


¡Viva la transformación nacional!


¡Viva el pueblo!


¡Viva México!

...................

Audio: Alejandro Encinas y
Andrés Manuel López Obrador


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http://www.resistenciacreativa.org.mx/
http://www.patrimonio.org.mx/

lunes, 12 de enero de 2009

>>SIETE VIENTOS EN LOS CALENDARIOS Y GEOGRAFÍAS DE ABAJO>Subcomandante Insurgente Marcos



Subcomandante Insurgente Marcos



SIETE VIENTOS EN LOS CALENDARIOS
Y GEOGRAFÍAS DE ABAJO.

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Séptimo Viento: unos muertos dignos y rabiosos.

Buenas noches.


Está con nosotros hoy, de nuestro lado, como lo ha
estado desde hace 15 años, el compañero
Don Pablo González Casanova.

De su capacidad intelectual, de la brillantez de sus análisis,
de su posición del lado de los que luchan no vamos
a hablar. Cualquiera que tenga un poco de memoria o
la busque en el pasado, lo sabe. Lo sabemos nosotros.

A nosotros, nosotras, las zapatistas y los zapatistas, no ha dejado de
asombrarnos su sencillez y modestia para con nosotros. Espero
que no se ofenda, pero no parece un intelectual.

Este compañero ha estado con nosotros en las buenas,
en las malas y en las peores. Estuvo en la Comisión
Nacional de Intermediación (CONAI) que encabezó en
su tiempo Don Samuel Ruiz García, y en ella pudo
constatar, en vivo y en directo, los desprecios y racismos
de los que hizo gala la delegación gubernamental en los
llamados Diálogos de San Andrés.
También pudo constatar, creo, la firmeza y dignidad de
mis compañeros y compañeras mandos que formaron
aquella que fue nuestra delegación a esos malogrados, por
el gobierno, diálogos.

Se los decimos claramente, para nosotros este hombre es un sabio. Y
como tal ha tenido, al menos con nosotros, una humildad y
una sencillezque lo identifican más con los sabedores que hay
en los pueblos indios, que con los soberbios “especialistas” que,
desde la comodidad y privilegio de
la academia, juzgan y condenan una realidad a la
que siempre han sido ajenos.


A diferencia de muchos “cabezas grandes”, que es como nuestro
Comandante Tacho llama a los de grandes ideas,
Pablo González Casanova,Don Pablo, como le decimos nosotros,
nunca ha pretendido decirnos qué debemos hacer,
“tirarnos línea”, o darnos órdenes, o dirigirnos.

Nos ha dicho, en veces personalmente, en veces por escrito, lo que
piensa de una u otra cosa. En muchas cosas hemos
coincidido y su palabra ha enriquecido nuestro corazón. Ojalá
y la nuestra algo le haya servido en su sabiduría.

En otras cosas hemos discrepado y hemos discutido. Y aún ahí nos ha
asombrado su sencillez y el sentido del humor, a veces tan ácido
como el nuestro, con que encaja críticas y
señalamientos, nuestras y de otras, otros.

Tal vez porque una de las cosas en las que coincidimos es que el
pensamiento no debe ser uno, solo, único y unánime, y que la crítica,
la disidencia y la discusión no significan, las más de la veces,
el pasarse al bando contrario.

He dicho antes que Don Pablo es un hombre sabio. Como expliqué
hace unos días, la sabiduría, según nosotros los zapatistas, no consiste
en una especialización del pensamiento, en saber mucho de una
pequeña parte de la realidad. Tampoco, dicho sea de paso, lo
es el conocer un poco de todo. Según nuestro
pensamiento, la sabiduría consiste en saber leer lo que sigue
e interpretar lo que antecede, para entender lo que ocurre.
Y así conocer y respetar los mundos que en el mundo son.

Esto, que parece uno de esos juegos de palabras típicos
de los zapatistas,es lo que, como contará el Viejo Antonio en el
séptimo de los cuentos,nos enseñaron nuestros
muertos. Así nos formaron.

No pretendemos decir que esta forma de pensar el mundo
y de actuar en él y con él sea la mejor. Probablemente no lo sea.
Lo que sí sabemos es que
no es la única. Y que, así como nosotros hemos normado nuestros pasos
y nuestros tropiezos con ese pensamiento, otros, otras, tienen y tendrán
otros pensamientos y, en consecuencia, otros pasos y otros tropiezos.

Salud Don Pablo. Créanos que no le damos un pasamontañas
porque nosotros, mejor que nadie, sabemos lo incómodos que han
sido y son… y serán. Y sepa que no pocas veces sus palabras
y pensamientos se han hecho palabra en nuestros
labios y que su corazón, siempre.

Salud compañero neozapatista Don Pablo González Casanova.

En estos días hemos pedido respetuosamente a 3 pensadores, de los
que han venido a compartirnos, aquí y en México,
su oído y sus palabras,que se sienten entre nosotros
para remarcar nuestro llamarlos
“compañeros”. Queremos decir que no son los únicos. Hay otros, otras.
A veces tímidamente, como pidiendo permiso, a veces con el desparpajo
e impertinencia que suele darse entre camaradas de lucha, conocemos,
reconocemos y llamamos “compañero”, “compañera”,
a pensadoras y pensadores.

Tampoco son los únicos con los que ha habido, o hay, diferencias o
francas discrepancias. Les hemos pedido a ellos, y ellos lo aceptaron,
que nos ayudaran a dar este mensaje de
que el mundo por el que luchamos las zapatistas, los zapatistas,
loas zapatistoas,
no es uno, único
e indivisible. Que no es una la verdad, sino muchas. Y que, a pesar
de todos y todas, nunca hemos descartado la posibilidad de estar
equivocados en una cosa, en varias o en todas.

No estamos en territorio del EZLN. Iba a decir que no estamos en
territorio zapatista, pero después de constatar
este nuevo y gran esfuerzo de las compañeras y
compañeros del CIDECI no estoy seguro de no
estar en territorio zapatista. Gracias para estos compañeros
y compañeras.Ojalá y el Doctor Raymundo pueda trasmitirles a
todos y todas quienes trabajan aquí, esto que sentimos.

No estamos en territorio del EZLN, decía. El CIDECI nos ha ofrecido,
generosa e incondicionalmente, este espacio para las actividades,
así como los compañeros y compañeras del Frente Popular Francisco
Villa Independiente-UNOPII y los compañeros y
compañeras de la Asociación de Charros Los Reyes de Iztapalapa,
a quienes nosotros llamamos “los otros
charros” para diferenciarlos de los líderes corruptos que padecen los
movimientos obrero y campesino, nos proporcionaron con la misma
generosidad e incondicionalidad, y a quienes les manifestamos
nuestra gratitud y reconocimiento.

En el calendario que nos convocó, no hay que olvidar la geografía en
que nuestras rabias se encontraron: gracias Lienzo Charro
de Iztapalapa, gracias CIDECI.

Ustedes han sido nuestros invitados, invitadas e invitadoas. Y en este
Festival, a su vez, nosotros hemos sido
huéspedes en el Lienzo y del CIDECI.
Como tales, como huéspedes, debemos a quien nos recibe y atiende, no
sólo agradecimiento y admiración, también y sobre todo respeto. Y
por lo mismo no pudimos ni debimos hacer como
si estuviéramos en nuestra cancha.

Uno de los espíritus que anima a la Sexta Declaración y
a la Otra Campaña es el respeto a los “modos” de cada lucha
en su territorio. Cuando salimos, en nuestros recorridos, a
los lugares que llegamos no lo hicimos para
criticar o juzgar a quien no sólo nos daba techo y comida, también la
medicina de su lucha. Ofrecimos respeto y lo hemos cumplido.

Y también lo hemos recibido de nuestros compañeros y compañeras de
La Otra. Quienes de ustedes estuvieron en la caravana y quienes nos
acompañaron cuando los días más ominosos
de la represión en Atenco, saben que se nos gritó y agredió
en actos públicos y en reuniones, incluso
en movimientos de nuestra delegación dentro de la Ciudad de México,
por parte del movimiento lopezobradorista. Y saben que el “modo” en
el que se nos hacían críticas y señalamientos por parte de compañeros y
compañeras no siempre fue comedido, sino no pocas veces áspero
y ácido, y algunas, las menos, como franca provocación.

Anoche el Comandante Zebedeo le contaba a un compañero sobre
las agresiones de lopezobradoristas (a él y a la Comandanta Miriam les
toco vivir personalmente algunas) y las diferenciaba de los “modos” de
criticar de los compañeros y compañeras de la Otra Campaña.
Le decía que los zapatistas, las zapatistas, tenemos la piel dura. No
sólo por los 15 años de guerra de resistencia, también, y sobre todo,
por más de 500 años de guerra de olvido. Le decía que
escuchábamos todo lo que nos decían y que, dentro nuestro, se
quedaba lo bueno en nuestro
corazón, y lo demás se salía por el otro oído.

Como si las heridas recibidas en todo este tiempo hubieran
cicatrizado y nos hubieran engrosado la piel haciéndola correosa,
dura, resistente. Y sí, si hemos resistido 500 años de intentos
de dominación y aniquilamiento, si hemos resistido 25 años en
las montañas, si hemos resistido 15 años de asedio militar, no
vemos por qué no podríamos resistir los gritos histéricos,
las calumnias, las mentiras, las descalificaciones y los
vetos periodísticos del “lopezobradorismo”.

Y, muy diferentes, son las que nos han hecho, hacen y harán nuestros
compañeros y compañeras de la Otra en México y en el mundo.


Porque resulta que con la Sexta Declaración no los convocamos
a seguirnos o a obedecernos, o a ser como nosotros, o a
importar nuestros “modos”, o a subordinar sus luchas, proyectos,
sueños, a los nuestros.

Los convocamos a conocernos y a conocerse entre sí, a saber que no
estamos ni están solos, solas, soloas, a respetarnos, a echar trato para
apoyarse, para que el silencio frente a nuestros dolores no fuera
unánime, los invitamos a ser otros, otras, otroas.

No coincidimos con algunos de ellos, ellas, elloas… bueno, con varios…
bueno, con muchos… bueno, en realidad no
coincidimos con ninguno. Porque si así fuera, dejaríamos de
ser EZLN y nos haríamos parte de ellos.
Pero los reconocemos como de este lado y, creemos,
ellas, ellos, elloas, también nos reconocen.

Y estamos muy orgullosos y admirados de que sean
nuestros compañeros, compañeras y compañeroas.

Y tenemos esta ventaja, o desventaja, según, quienes
estamos con la Sexta. A saber, que hay un lugar, un trabajo,
un espacio, una lucha, donde se puede confrontar si lo que
se dice es lo que se hace.

En estos días, y también a lo largo de estos 15 años, lo
que hemos dicho sobre nosotros, nosotras mismas se puede
corroborar. Todavía, tal vez no por mucho tiempo más, se puede ir
a las comunidades indígenas
zapatistas (si lo hacen, pidan permiso primero en la
Junta de Buen Gobierno, es nuestro modo) y ver si es cierto que
hay mujeres en los cargos o como educadoras o como
promotoras de salud o como responsables locales y regionales.
Como Comandantas tal vez no es necesario, porque a menos que
se trate de un efecto virtual conseguido
con rayos láser o a que comandantes varones hayan repetido la
maravillosa transformación que Krishna nos enseñó ayer,
algunas de las Comandantas están aquí.

Ir y ver si es cierto que hay escuelas y clínicas de salud, si las Juntas
de Buen Gobierno realmente buscan el acuerdo
entre las partes cuando hay conflictos y disputas, si es cierto
que los maestros y maestras que les dan
clases a la Lupita y a la Toñita se formaron en los sistemas de educación
autónoma. En fin, se puede ver si hacemos lo que decimos.

Y lo mismo pasa con nuestros compañeros,
compañeras y compañeroas de la Otra. Se puede ir al local de Brigada
Callejera y constatar si hacen lo que
ayer nos dijeron; se puede ir a los pequeños locales donde trabajan,
ellos sí en condiciones heroicas, quienes hacen comunicación
alternativa, o dicen tener mesas de información, u organizar colonos,
campesinos, trabajadores de la ciudad, pueblos indios, o pintar, o
cantar, o lo que cada quien dice que hace.

Hace algún tiempo, antes de venir a morir y nacer
en estas montañas del sureste mexicano, estuve en la Universidad
Nacional Autónoma de México y varias veces estuve en
el auditorio de la Facultad de Filosofía
y Letras, en el auditorio conocido como “El Che”.
Entonces eran la rectoría y sus autoridades administrativas
quienes se encargaban de “El Che”. No les miento, aquello
era un muladar. Y un muladar
descuidado, porque hay muladares atendidos.

Tiempo después, siendo ya quienes somos, como parte de nuestro
recorrido de la Otra Campaña tuve la oportunidad de estar en dos
ocasiones en el Che. La una sin conocer el tamaño de la
disputa. La otra, conociéndolo y tomando posición. Tampoco ahora
les miento: estaba impecable, limpio, ordenado, funcionando.
Lo único que le faltaba eran las butacas que,
creo, fueron quitadas precisamente por Rectoría. Se impartían
ahí varios talleres, había un comedor, lamentablemente
vegetariano para quienes somos
carnívoros y taqueros sin salvación alguna. Había trabajo, lucha,
vida. El Che no era el edificio gris que sólo se abría para
cine clubes, asambleas y,
muy escasos, actos culturales.

Tal vez, es un supositorio, los compañeros y compañeras
del Okupache sólo lo limpiaron y arreglaron porque yo iba a ir y
montaron una escenografía para aparentar que hacen lo que dicen.
No lo creo. Creemos que sí es cierto que hacen lo que dicen, pero,
en todo caso, es algo que ustedes pueden
constatar visitando el local de estos nuestros compañeros y compañeras
del Okupache. Seguramente, lo hemos constatado, tienen
“modos” y posiciones que no compartimos. Y seguramente hay otros
y otras, compañeros o no, que piensan lo contrario o tienen una
imagen diametralmente opuesta a la que nosotros vimos. Está bien,
ésa es la Universidad Nacional Autónoma de México. Y tiene
razón quien dice que es a esa
colectividad universitaria, es decir, universal, a quien le
corresponde discutir, analizar, disentir, tomar posición,
decidir. Y creemos que tal vez se podrá hacer sin gritos y sin
descalificaciones fáciles, pero también sin amenazas de desalojo ni
enfrentamientos. En fin, ahí lo vean. Pero no lo duden siquiera,
nosotros estaremos del lado de nuestros compañeros y compañeras,
del lado del agredido, como lo estuvimos aquí hace unos días.

Los partidos políticos de arriba pueden decir una cosa y
hacer lo contrario. Uno puede constatar esto en cualquier lugar
donde tienen el poder. Y es porque su criterio de congruencia es otro.
Para ellos es la cantidad que pueden movilizar, sin importar los
métodos a los que recurran, en una votación o en una movilización
lo que les da el termómetro de si van bien o mal o regular.

Nosotras, nosotros, tenemos otro criterio: vamos bien
si lo que decimos coincide con lo que hacemos,
sea bueno o malo para los otros.

Dos personas a quienes queremos y respetamos, tal vez a su pesar, nos
preguntan de qué le sirve al movimiento zapatista que
Marcos descalifique al movimiento lopezobradorista, otra
que por qué siempre que comparezco antes los medios lo hago, entre
otras cosas, para denostar a AMLO.

Bueno, yo no estoy compareciendo ante los medios, ese tiempo ya
pasó hace mucho. Nosotros estamos hablando y escuchando
con nuestros compañeros, compañeras y compañeroas de la Otra en
México y el mundo, y escuchando la palabra de personas que luchan y
piensan en varios rincones del planeta.

Quisiera que me concedieran algo de tiempo para explicarles cómo
estamos organizados en nuestro trabajo de CCRI-CG del EZLN. Miren,
aquí en el EZLN convergen varios pueblos indios: tzeltales,
tzotziles, tojolabales, choles, zoques, mames y mestizos.

Estos pueblos tienen comunidades indígenas que forman zonas. Cada
zona tiene una estructura organizativa, ahora paralela a la
de autoridad autónoma. Y en cada estructura de zona hay
un mando colectivo organizativo. Cuando digo “mando colectivo
organizativo” no sólo digo que es un colectivo,
también digo que no es militar. Este mando de zona es lo que llamamos
CCRI de zona. Y cada zona tiene su “modo”. Los tzotziles, los
tzeltales, los tojolabales, los choles, los zoques, los mames y los
mestizos tienen sus propios problemas y sus “modos” propios de
enfrentarlos o resolverlos. El EZLN se encarga entonces de ser como
el puente de enlace, el va y viene, entre las zonas. Cuando
el EZLN como tal va a hacer algo debe tener el acuerdo de todas las
zonas. Cuando una zona va a hacer algo, debe comunicarlo
a las demás zonas, vía el EZLN, para que sepan
y vean en qué se puede apoyar.

Además de eso, al EZLN le toca representar a todas las zonas
como un todo frente al exterior, es decir, frente
a los que no son zapatistas. Aunque es una Comandanta en
Los Altos, Hortensia no habla ante ustedes de los Altos, por su voz
habla la voz del EZLN. Y lo que cuenta de las mujeres no es sólo lo que
pasa en Los Altos, sino la tendencia que ella saca de todas las
comunidades zapatistas. Lo mismo es cuando hablo yo o el Teniente
Coronel Moisés o Comandante Zebedeo o Comandante David o
cualquiera de quienes son del CCRI-Comandancia General.

Entonces, cuando Marcos o cualquiera de nosotros habla en público
como en esta ocasión, lo hace como EZLN, no a título personal.

Nosotros pensamos que cada quien debe hacerse responsable de lo que
dice y hace, como individuo y como colectivo. Creo
que el EZLN se ha hecho responsable siempre de lo que
dice y hace, y que pone la vida en ello. La
vida individual y la vida colectiva.

Entonces, ¿de qué le sirve a un movimiento decir lo que piensa y siente?
Bueno, nosotros nos alzamos en armas también para eso, para recuperar
nuestra palabra, para poder decir nosotros
mismos lo que pensamos y sentimos.

Que nos digan quienes de nuestros “aliados” son perseguidores,
discriminadores y asesinos de indígenas. Nosotros sí les hemos dicho
quienes de sus dirigentes y “aliados” sí lo son. Quienes persiguen,
hostigan y les cortan el agua a nuestros compañeros
zapatistas de Zinacantán son los de la CND lopezobradorista.
Quienes nos agreden dentro y fuera de nuestro territorio son
simpatizantes de AMLO, claro además del gobierno federal estatal,
municipal, los medios de comunicación (ahora todos), el
ejército, la policía estatal, la AFI, el CISEN, la
CIA y amigos que los acompañan.

Quienes metieron a los compañeros zapatistas desalojados de Montes
Azules primero en un prostíbulo abandonado y luego en una
bodega fueron lopezobradoristas. Funcionarios del gobierno
del DF y miembros del movimiento de AMLO se trasladaron a Chiapas
para “operar”, al lado del gobierno que AMLO apoyó para llegar
al poder, el desalojo. Dije en una bodega. Los indígenas siempre han
señalado que los dominadores nos tratan como animales.
Ellos fueron más allá, nos trataron como cosas, como bultos. Ni los
animales se meten a una bodega. Y como éstos hay más ejemplos, que
hemos denunciado una y otra vez.

Yo sé que puede ser una vía de escape o un consuelo decir o decirse
que es una onda de Marcos y que las bases zapatistas
mueren de ganas por ser acarreadas a algún acto de AMLO, o que
arden de deseos por hacer proselitismo para las próximas elecciones.

Pero no. Éste es el Festival de la Digna Rabia y, como
todos, todas y todoas, hemos venido aquí a expresar nuestra rabia.
No la rabia de Marcos, o Moisés, u Hortensia, o Zebedeo, o
David. No, la rabia de las comunidades zapatistas que ya no son sólo
agredidas por los malos gobiernos, también por quienes
se dicen de izquierda y progresistas.

Y cuando hablamos sólo expresamos nuestra rabia.
Si escucharan la rabia de los demás que no son del EZLN, la que
cultivaron también con agresiones y persecuciones, tal
vez entenderían algunas cosas.

Por otro lado, ¿Por qué no se le pregunta a AMLO la razón por la
cual prefirió aliarse con perseguidores y asesinos de indígenas
en general e indígenas zapatistas en particular?

¿Quién de ustedes vino acá a decirnos “compañeros, los vamos
a madrear pero es por un proyecto alternativo de Nación, aguanten
vara y no hagan bulla porque es por el bien de la Patria.
Ustedes esperen mientras nosotros salvamos a la Nación”?

Y, ¿de qué le sirvió al movimiento lopezobradorista
aliarse con los Nuñez, los Montreal, los Muñoz Ledo, los Sabines,
los Albores, los Kanter, los Iruegas, los ex funcionarios
indígenas de Fox, los que votaron en contra de los Acuerdo
de San Andrés “para demostrar
vocación de gobierno”, los que persiguen ambulantes, jóvenes,
trabajador@s sexuales, trabajadores, campesinos, indígenas, los
que, en los lugares donde son gobierno, desalojan,
despojan, reprimen, explotan, discriminan,
cortejan al poderoso y entregan riquezas naturales al extranjero?


Y, ¿de qué le sirvió al movimiento lopezobradorista,
en lugar de responder con argumentos a nuestras críticas, el
calumniarnos, tergiversarnos, mentir descaradamente, agredirnos
verbalmente en nuestros actos, cerrarnos las páginas, editar su historia?

¿De qué le sirve al movimiento lopezobradorista decir una y otra
vez que es el único que está luchando en este país, que es el
único que se opone a Calderón, que tiene a “los mejores escritores
y artistas” de su lado y que ninguna otra organización puede
decir lo mismo? ¿De qué les sirve esa soberbia frente
a los humildes y los de abajo?

¿De qué le sirve al movimiento lopezobradorista no vernos
ni oírnos, ni ver ni oír a los muertos y muertas
que son su responsabilidad?

Pueden decir que eso no es AMLO. Sí lo es. Lo ha sido siempre,
y no lo ve quien no lo quiere ver. Y un dirigente debe
hacerse responsable de lo que dicen y hacen él y su movimiento. Y
los miembros de un movimiento también.

Así como los indígenas zapatistas se hacen responsables de
ser indígenas y de ser zapatistas y por hacerse responsables de
eso es que los desalojan, los hostigan y los atacan.

Hace unos meses llegó en nuestras tierras una caravana
internacional para mostrar su apoyo a las comunidades
zapatistas frente a las incursiones militares.
Según recuerdo, venían de Grecia, Italia, Francia y del Estado
Español, entre otros países del mundo. Nos llamó la atención
que no viniera ningún vasco o vasca. Probablemente,
pensamos, no se apuntaron o en la lista no los habían
incluido. Fue el Teniente Coronel Insurgente Moisés, encargado de la
Comisión Intergaláctica, a ver y, en efecto, venían vascos y vascas pero,
dijeron palabras más, palabras menos, “que se habían
apuntado junto con los españoles para no dar problemas”.
Nosotros les dijimos que no nos habíamos peleado con
medio mundo por hacer público nuestro reconocimiento al
derecho de los vascos a su independencia, para luego
terminar metiéndolos dentro de los españoles “para no tener
problemas”. Que nos peleamos con medio mundo para poder
decir: ¡Gora Euzkera! ¡Gora Euzkal Herria!

Si nos hicimos responsables de nuestro alzamiento, si nos
hicimos responsables de nuestra palabra, si para ello desafiamos
la fuerza del gobierno y sus ejércitos y policías, si nos hicimos
responsables de nuestros muertos, no veo por qué no habríamos
de hacernos responsables de nuestra rabia.

Compañeras y compañeros:

Esta madrugada con un pequeño grupo y esta tarde con toda
la delegación nos hemos reunido las compañeras y compañeros para
decidir cuál debe ser el mensaje principal de esta intervención.

Muchas y buenas palabras hemos escuchado en estos días aquí en
San Cristóbal y antes en la Ciudad de México. Claro,
también escuchamos algunas barbaridades.

Casi todas se han referido a la crisis mundial y nacional, y a los tiempos
ominosos que se avecinan. Ha habido preocupación sincera.
Pero también ha habido alegría. Como si cada uno, una, unoa,
en individual y en colectivo, supiera que tiene algo con lo que hacer
frente a esos temores y horrores. Como si no hubiéramos
dejado de tener miedo y pena, pero éstos fueran diferentes. Como si
tomáramos ese miedo y esa pena y las controláramos, les
diéramos rumbo, destino. Como si de por sí pudiéramos hacer como
nos platicaron Mariana, Italia y Norma. Como si supiéramos
que va a pasar lo que va a pasar.

Algunos de quienes han expuesto en este Festival, en sus puestos
o en sus intervenciones, han mostrado su preocupación por quién, o
cómo, o con qué se va a dirigir ese movimiento. Se
aventuran estructuras, modos, formas, para ese gran movimiento
que seguro habrá de levantarse aún frente a lo más oscuro y perverso.
Como seguro se levantará el pueblo Palestino frente al crimen que hoy
se comete en sus tierras y contra su gente.

Como zapatistas que somos, pues claro les digo que tenemos mucho
contento que las dudas y preguntas que los desvelan y develan ya no son
del tipo “¿Será que se puede hacer algo?”, “¿Será que va a pasar algo?”

Ustedes y nosotros hemos visto y sentido esa rabia acumulada.

Pero a nosotros no nos preocupa quién, o cómo, o con qué se va
a dirigir esa rabia. Tampoco con qué paso, velocidad, ritmo
y compañía. No nos preocupa la velocidad del sueño.

Nosotros hemos aprendido a confiar en la gente, en el pueblo, en
nuestro pueblo. Sabemos ya que no necesitan quién los dirija, que se
dotan de sus propias estructuras para luchar y para triunfar.
Que toman en sus manos sus propios destinos, y que lo hacen mejor
que los gobiernos que se imponen desde fuera.

No, a nosotros no nos preocupa la dirección del movimiento.
Escuchando ahora al compañero Carlos González, del Congreso
Nacional Indígena, vemos que tenemos la misma inquietud.

A nosotros nos preocupa el rumbo y el destino. Nos preocupa lo
que nos defina, el modo. Nos preocupa que el mundo que
vaya a parir nuestra rabia se parezca al que hoy padecemos.

Permítanos contarles: El EZLN tuvo la tentación de la hegemonía
y la homogeneidad. No sólo después del alzamiento, también antes.
Hubo la tentación de imponer modos e identidades. De
que el zapatismo fuera la única verdad. Y fueron los pueblos los que
lo impidieron primero, y luego nos enseñaron que no es así, que no
es por ahí. Que no podíamos suplir un dominio con otro y
que debíamos convencer y no vencer a quienes eran y son como
nosotros pero no son nosotros. Nos enseñaron que hay
muchos mundos y que es posible y necesario el respeto mutuo.

Y no nos referimos al respeto que se nos exige que tengamos frente
a quienes nos agreden, sino a quienes tienen otros modos pero
el mismo empeño de libertad, de justicia, de democracia.

Y entonces lo que queremos decirles es que esta pluralidad
tan la misma en la rabia, y tan diferente en sentirla, es el rumbo
y el destino que nosotros queremos y les proponemos.

Porque unos pueden hacer declaraciones en contra de los partidos y
organizaciones que, dicen, quieren hegemonizar y homogeneizar la Otra
Campaña, y a la hora que se critica o se disiente de lo que hacen,
entonces sacan los gritos y las descalificaciones.


No todos somos zapatistas (cosa que en algunos casos celebramos).
Tampoco somos todos comunistas, socialistas, anarquistas, libertarios,
punks, skatos, darks, y como cada quien nombre su diferencia.

Debe haber una palabra para lo que queremos decirles. Y se nos ha
ocurrido que bien puede servir la que usó el compañero
Jean Robert ayer: “proporcionalidad”.

Los zapatistas, las zapatistas, no nos propusimos con la Sexta
Declaración organizar y dirigir a todo México, mucho menos a todo
el mundo. En ella nosotros decimos: aquí estamos, esto somos,
esto queremos y así pensamos que hay que hacerlo. Y en
ella reconocemos nuestros límites, nuestras
posibilidades, nuestra proporcionalidad.

En la Sexta no decimos que todos los pueblos indios se entren al EZLN,
ni decimos que vamos a dirigir obreros, estudiantes,
campesinos, jóvenes, mujeres, otros, otras, otroas. Decimos
que cada quien tiene su espacio, su historia, su lucha, su sueño,
su proporcionalidad. Y decimos
que entonces echemos trato para luchar juntos por el todo
y por lo de cada quien y cada cual. Por echar
trato entre nuestras respectivas proporcionalidades y el país
que resulte, el mundo que se logre esté
formado por los sueños de todos y cada uno de los desposeídos.

Que ese mundo sea tan abigarrado, que no quepan las pesadillas que
vivimos ninguno, ninguna, ningunoa, de abajo.

Nos preocupa que en ese mundo parido por tanta lucha y tanta rabia se
siga viendo a la mujer con todas las variantes de desprecio que
la sociedad patriarcal ha impuesto; que se siga viendo como raros o
enfermos o enfermoas y raroas a las diversas
preferencias sexuales; que se siga asumiendo que la juventud
debe ser domesticada, es decir, obligada a “madurar”; que los
indígenas sigamos siendo despreciados y humillados o, en
el mejor de los casos, enfrentados como los buenos
salvajes a los que hay que civilizar.

Vaya, nos preocupa que ese nuevo mundo no vaya a ser un clon del
actual, o un transgénico o una fotocopia del que hoy nos horroriza
y repudiamos. Nos preocupa, pues, que en ese mundo no
haya democracia, ni justicia, ni libertad.

Entonces les queremos decir, pedir, que no hagamos de nuestra
fuerza una debilidad. El ser tantos y tan diferentes
nos permitirá sobrevivir a la catástrofe que se avecina, y nos
permitirá levantar algo nuevo. Les queremos decir, pedir,
que eso nuevo sea también diferente.

Éste es el mensaje que queríamos pasarles. Ésta es nuestra palabra.

Muchas gracias a todos, todas y todoas quienes nos
hablaron y escucharon y, así, nos contagiaron y se
contagiaron de la digna rabia.

¡Libertad y Justicia para Atenco! ¡Libertad, Justicia y Presentación de
Presos, presas y desparecidos políticos!

Por los hombres, mujeres, niños y ancianos de
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, 5 de enero del 2009.

P.D.- Siete cuentos para Nadie.

Cuento 7: “Cuenta el Viejo Antonio…”

Una madrugada fría, helada y silenciosa nos encuentra despiertos,
como hace 15 años. Y como hace 25, el Viejo Antonio dibuja una lucecita
entre las sombras que somos, al encender su cigarrillo hecho con
doblador. Callamos. Nadie dice nada. Espera. El Viejo Antonio convoca
entonces la tibieza de la palabra, la que alivia,
la que consuela, la que da esperanza.

“Decían los más viejos de nuestros viejos, nuestros sabedores más
anteriores, que los dioses más primeros, los que nacieron
el mundo, parecía que lo habían hecho sin orden alguno.
Que nomás habían ido aventando los pedazos hechos ónde quiera.
Que el mundo creado no era uno, sino
que eran muchos y muy otros cada uno. O sea que, como dicen
ustedes, había muchas geografías. Y cuentan nuestros sabedores que
entonces se reunieron los tiempos, que sea el pasado, el presente y
el futuro, y fueron a protestarlos a los dioses. “Así nomás no se puede.
Que sea que no podemos hacer nuestro trabajo con ese desmadre
de mundos que hay. Quiere que va a haber uno solo, para que los
tiempos podamos caminar nuestro paso por un solo camino.”
Así dijeron los tiempos estos. Entonces los dioses lo escucharon lo que
dijeron el pasado, el presente y el futuro y dijeron: “Ta bueno, ahí lo
vamos a ver”. Se reunieron entonces los dioses
primeros, los que nacieron el mundo, y a saber lo que hablaron,
pero sí se sabe que tardaron.
Ya más después los primeros dioses los llamaron a los tiempos y
así les dijeron: “Ya estuvimos pensando sus palabras que sacaron y
queremos decirles que no está bueno su pensamiento”. Los tiempos
empezaron a murmurar, que uta magre, que la chinga es pa´ nosotros
porque no somos dioses, que esto y que lo otro. Los dioses les
dijeron que esperan, que todavía no han terminado
de decirlo su palabra. “Ta bueno”, dijeron los tiempos y esperaron
lo que seguía. Entonces los dioses más primeros les explicaron
que iba a llegar el tiempo en que el
Mandón iba a querer dominar todo el mundo y esclavizar todo lo que el
mundo tenía, que iba a destruir y a matar. Que mucha y
grande era la fuerza del Mandón y que en el mundo no iba a
haber entonces una fuerza igual. Que la única forma de resistir y
de luchar contra el Mandón era siendo muchos
y diferentes, para que así el Mandón no agarra el modo de uno nomás
y los derrota a todos. Que los dioses entendían que era mucha chinga
para los tiempos el hacerse muchos y diferentes
para hacer su trabajo y su paso en cada uno de los mundos que el mundo
tenía, pero que ni modos, que así había llegado. Y les dijeron que
entonces no iba a haber un tiempo parejo
para todos los mundos que había en el mundo, sino que iba a
haber muchos tiempos. O sea que, como dicen ustedes,
muchos calendarios. Y los dioses más primeros les dijeron a los tiempos:
va a haber en cada uno de esos muchos mundos que forman el mundo
unos o unas, según, que van a saber leer la mapa y los calendarios.
Y que va a llegar el tiempo en que el pasado, el presente y el futuro
se van juntar y entonces ya todos los mundos lo van a derrotar
al Mandón. Así dijeron los dioses más primeros. Y los
tiempos, nomás por mulas porque ya sabían la respuesta, preguntaron
si cuando ya lo derrotan al Mandón entonces sí ya se
van a juntar los mundos en uno solo. Y los dioses más primeros
les dijeron que eso lo van a ver los hombres y mujeres de esos tiempos,
que ahí lo van a ver si el ser diferentes los hace débiles o
los hace fuertes para resistir y
derrotar a los Mandones que van a seguir llegando”.

Se fue el Viejo Antonio. Seguía haciendo frío, pero una lucecita quedó,
como para que la sombra no estuviera sola.

Tan-tan.

Muchas gracias compañeros y compañeras y compañeroas.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Enero 5 del 2009.

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AUDIO: Subcomandante Insurgente Marcos



jueves, 8 de enero de 2009

>>Guerra: Israel-Palestina



Robert Fisk


Nos preguntaremos
por qué odian tanto a Occidente


Una vez más, Israel ha abierto las puertas del infierno para los
palestinos. Cuarenta refugiados civiles muertos en una escuela de
Naciones Unidas, otros tres en otro plantel de este tipo. No
está mal para una noche más de trabajo en Gaza a cargo del
ejército israelí, que cree en la “pureza de las armas”.
Debería sorprendernos?


Ya se nos olvidaron los 17 mil 500 muertos –casi todos civiles,
la mayoría mujeres y niños– durante la invasión de Israel a Líbano,
en 1982; los mil 700 palestinos muertos durante la matanza
de Sabra y Chatila; la masacre de Qanaen en que murieron
106 civiles libaneses refugiados, más de la mitad de ellos niños,
en una base de la ONU; la matanza de los refugiados de
Marwahin, a quienes Israel ordenó salir de sus casas en 2006
para luego ser asesinados por helicópteros israelíes; los mil muertos
en el mismo bombardeo del mismo año y en la invasión a
Líbano, y lo mismo, casi todos civiles.


Lo que es sorprendente de los líderes occidentales, tanto
presidentes como primeros ministros y, me temo, directores
de medios y periodistas, es que se han tragado la vieja mentira
de que Israel se cuida mucho de evitar víctimas civiles. “Israel hace
todo el esfuerzo posible para evitar afectar a civiles”, aseguró
de nuevo otro embajador israelí horas antes de la matanza en Gaza.


Y cada presidente y primer ministro que ha repetido esta
mendacidad como excusa para no exigir un cese del fuego tiene en
las manos la sangre de la carnicería de anoche. Si George W. Bush
hubiera tenido el valor de exigir un cese del fuego hace 48 horas,
todos esos ancianos, mujeres y niños, esos 40 civiles, estarían vivos.


Lo que ocurrió no sólo es una vergüenza: fue una desgracia.
¿Sería exagerado llamarlo crimen de guerra? Porque así es
como llamaríamos esta atrocidad si Hamas la hubiera cometido.
Por lo tanto, me temo, estamos ante un crimen de guerra.


Después de cubrir tantos asesinatos masivos a manos de
ejércitos de Medio Oriente –por soldados sirios, iraquíes, iraníes e
israelíes–, supongo que debería yo reaccionar con cinismo.
Pero Israel proclama que está combatiendo en la guerra “internacional
contra el terror”. Los israelíes aseguran luchar en Gaza por
nosotros, por nuestros ideales occidentales, por nuestra seguridad
y para salvarnos, de acuerdo con nuestras normas. Y así somos
cómplices de las salvajadas que se cometen en Gaza.


Ya he reportado las excusas que en el pasado ha dado el ejército
israelí por estos atropellos. Como está claro que serán recalentadas
en las próximas horas, aquí les obsequio algunas: los palestinos
mataron a sus propios refugiados, los palestinos desenterraron cuerpos
de los cementerios y los plantaron en las ruinas. Y a final de cuentas,
los palestinos tienen la culpa por haber apoyado a una facción armada,
y además porque los palestinos armados deliberadamente utilizan
a refugiados inocentes como escudos humanos.


Cuando la derechista Falange libanesa, aliada de Israel,
perpetró la matanza de Sabra y Chatila, los soldados israelíes se
quedaron ahí, observándolos durante 48 horas, sin hacer nada, y esto
fue revelado por una investigación a cargo de una comisión israelí.


Posteriormente, cuando Israel fue acusado de esa matanza,
el gobierno de Menachem Begin acusó al mundo de calumniar con sangre
a su país. Después que la artillería israelí disparó bombas contra una
base de la ONU en Qana, en 1996, los israelíes afirmaron que hombres
armados de Hezbollah también se refugiaban en dicha base. Era mentira.
Los más de mil muertos en 2006 en una guerra que comenzó cuando
Hezbollah capturó a dos soldados israelíes en la frontera
simplemente se achacaron a Hezbollah.


Israel aseguró que los cuerpos de niños asesinados en la
segunda matanza de Qana fueron tomados de un cementerio.
Ésa fue otra mentira.


Nunca hubo excusas para la masacre en Marwahin. Se ordenó
a los pobladores de la aldea que huyeran y ellos obedecieron sólo
para ser atacados por barcos artillados israelíes. Los refugiados tomaron
a sus niños y los colocaron en torno a los camiones en que viajaban,
para que los pilotos israelíes pudieran ver que eran inocentes. Fue entonces
cuando los helicópteros israelíes les dispararon a corta distancia.
Sobrevivieron sólo dos personas, haciéndose pasar por muertos. Israel
ni siquiera ofreció disculpas por este episodio.


Doce años antes, otro helicóptero israelí atacó una ambulancia
que llevaba civiles de una aldea a otra –de nuevo obedeciendo órdenes de
Israel– y mató a tres niños y dos mujeres. Los israelíes aseguraron que había un
combatiente de Hezbollah en la ambulancia. Era mentira. Yo cubrí todas
estas atrocidades, investigué, hablé con sobrevivientes. Lo mismo hicieron
varios colegas. Nuestro destino, desde luego, fue enfrentar la más vil de las
calumnias: se nos acusó de antisemitas.


Y escribo lo siguiente sin la menor duda: escucharemos de nuevo
estas escandalosas fabricaciones. Nos repetirán la mentira de que Hamas
tiene la culpa. Dios sabe que éste es culpable de suficientes cosas sin tener
que añadir este crimen. Probablemente nos salgan también con la mentira
de “los cuerpos sacados del cementerio”, y seguramente también
escucharemos de nuevo la mentira de que “Hamas estaba dentro de la escuela
de la ONU”. Y definitivamente, nos dirán de nuevo la mentira del antisemitismo.
Y nuestros líderes soplarán y resoplarán y le recordarán al mundo que
fue Hamas el que rompió el cese del fuego.


Sólo que no fue así. Israel lo rompió primero, el 4 de noviembre,
cuando dio muerte a seis palestinos durante un bombardeo a Gaza, y
de nuevo el 17 de noviembre al matar con otro
bombardeo a cuatro palestinos más.


Sí, los israelíes merecen seguridad. Veinte israelíes muertos en los
alrededores de Gaza en 10 años es, desde luego, una cifra horrible. Pero 600
palestinos muertos en poco más de una semana y miles de muertos desde 1948,
a partir de cuando la matanza israelí de Deir Yassin impulsó el éxodo
palestino de esa parte de Palestina que se convertiría en Israel,
es una escala totalmente distinta.


Esto recuerda, no lo que sería el normal derramamiento de
sangre en Medio Oriente, sino una atrocidad del nivel de la guerra de los
Balcanes en los años 90.


Desde luego, cuando un árabe se levante y con furia sin freno arroje
hacia Occidente su ira incendiaria y ciega, diremos que eso nada tiene que
ver con nosotros. “¿Pero por qué nos odian?”, nos preguntaremos. No
vayamos a decir que no sabemos la respuesta.


© The Independent


Traducción: Gabriela Fonseca